En 2008 se inauguraba, en una remota islas del océano Ártico, el Banco Mundial de Semillas. Se trata de una “bóveda del juicio final” que se instaló en las galerías de una antigua mina excavada en el permafrost, que tiene unas condiciones ambientales y de seguridad que permiten la conservación de las semillas con el fin de salvaguardar, en caso de una catástrofe mundial, la biodiversidad de los cultivos agrícolas. El pasado mes de marzo se ponía en marcha una segunda bóveda que en este caso se destina a proteger la memoria mundial. El Arctic World Archive, como se conoce a esta bóveda, es el tema central de este numero y sobre el que informa Roberto González. Los gobiernos mejicano y brasileño ya han enviado documentos para preservar su legado histórico de los terremotos o de las amenazas cibernéticas.

En la sección panorama abordamos la actualidad analizando lautilización política de los archivos, la ilusión de la transparencia con un crecimiento importante de  las condenas por denegación de acceso , la problemática situación de secretos oficiales en manos de fundaciones privadas o una dispersión de la documentación judicial que frena la resolución de cientos de crímenes.

En metodologías nos planeamos un mar de preguntas sobre el archivo electrónico único, nos hacemos eco de la que las aplicaciones de gestión documental se han colocado entre el software más demandado y lo barato que se cotizan los datos personales en el mercado negro.

Y finalmente las notas culturales están dedicadas a la memoria de un estadio de fútbol: el Vicente Calderón  y al proyecto Genocide sobre archivos y derechos humanos.