Obsesionados por registrar todos lo que pasa en nuestra vida capturamos centenares de imágenes y documentos. Esta compulsión por el almacenaje de recuerdos nos lleva a comprar móviles con mas capacidad de memoria, a llenarnos de discos duros y a ampliar nuestro contrato de servicio de almacenamiento en la nube. Estamos imbuidos de un afán conservacionista. No obstante, para que las fotos y los documentos cumplan su función memorística no basta con capturarlos, ni tampoco con tenerlos organizados sobre todo hay que realizar una selección, siendo muy exigentes con lo que se conserva, y hay que proceder a eliminar la mayoría de ellos. En este numero comentamos lo mucho que nos cuesta deshacernos de las fotos y otros documentos de nuestro archivo, pero es una tarea ineludible para terminar con la patología diogenista que nos invade.

En la revisión de actualidad archivística tratamos el tema de la corrupción y del esencial papel que juegan los documentos gestionados adecuadamente en las estrategias diseñadas para ponerle coto; comentamos la consideración de los archivos como “celdas de castigo” para individuos que no respetan las normas de conducta sociales y abordamos la gestión de la identidad digital para controlar la reputación.

Por último en la sección cultural nos acercamos a los archivos de las grandes firmas de relojes de lujo y nos hacemos eco de la figura de Emilio Herrera, precursor español del traje espacial y nos acercarnos a su  archivo. También contamos con las habituales recomendaciones literaria y cinematográfica.