Para todos aquellos que tenemos la suerte de vivir en Salamanca, hablar de doña Inés Luna Terrero es hablar de una de las historias más interesantes que han producido los mentideros de la ciudad. “La Bebé”, pues así la llamaban, ha pasado a la posterioridad como una mujer extravagante, adelantada a su tiempo. Vasta terrateniente, de rancio abolengo, fue quizás el reflejo absurdo de la nobleza provinciana salmantina de principios del siglo XX.
Hija única del abogado e industrial Carlos Luna y Beovide, primer y principal promotor de la electricidad en Salamanca, y de Inés Terrero y Salcedo, descendiente de una ilustre familia enraizada en la vieja aristocracia salmantina y vallisoletana, nació en Bagnères de Luchon (Francia), el 2 de julio de 1885. Algunas crónicas dicen de ella que hablaba siete idiomas, que vestía pantalones sin ningún pudor, que fumaba en público tabaco y otras hierbas, o que tenía como mascota un toro de lidia amaestrado al que llamaba Carasucia… Otras dicen que recorría sus fincas montando a caballo a horcajadas -y según las malas lenguas, a veces desnuda-, que llevaba pistola, que conducía su propio coche, o que mantuvo relaciones con lo más granado de la sociedad de su tiempo en su palacete de “El Cuartón” de Traguntía, al que doña Inés llamaba Liberty House quizás por darse allí ciertas libertades que en otros ambientes eran impensables.
Tras una azarosa vida, falleció en Barcelona en 1953, aquejada, entre otros males, de un cáncer de mama. Al morir sin herederos directos y sin haber otorgado testamento, sus bienes pasaron al Estado, que creó con ellos la Fundación que lleva su nombre, establecida en Salamanca.
Su rico archivo familiar, que se remonta al siglo XV y que se compone de más de 270 cajas, fue depositado en custodia en el Archivo Histórico Provincial de Salamanca en el año 2009. Una vez tratado y disponible para su consulta, representa una de las mejores fuentes documentales para comprender la economía ganadera y agraria de las dehesas charras.
Ahora, según hemos sabido, el centro convertirá el archivo fotográfico de “La Bebé” en una exposición que no os podéis perder. Para ir abriendo bocas, si estáis interesados en conocer más acerca de esta fascinante mujer, os recomendamos una monografía de Salvador Llopis, que bucea en lo más profundo del archivo personal de doña Inés Luna para rescatar las más extrañas anécdotas:
LLOPIS LLOPIS, Salvador. La prócer dama doña Inés Luna Terrero: sus predecesores y familiares cercanos. Salamanca: Gráficas Cervantes, 2000.
Y si os quedan ganas de más, podéis consultar también la obra audiovisual que el famoso cineasta Basilio Martín Patino pergeñó en torno a su figura:
MARTÍN PATINO, Basilio y FERNÁNDEZ POLANCO, Aurora. Espejos en la Niebla: un ensayo audiovisual. Madrid: Círculo de Bellas Artes, 2008.
Carlos Díaz Redondo