La revista Tábula, editada por Acal, ha abierto su Call for Papers. Cada número aborda monográficamente un tema de interés archivístico, aunque también se aceptan y publican artículos que no tratan de los temas proyectados, en la sección varia.
El próximo número abordará el tema: Tiempos modernos: una Agenda 2025 para los archivos
En lo social, político, tecnológico, cultural, económico, en todos los aspectos de nuestra vida y de nuestro entorno estamos cruzando a un nuevo espacio de modernidad, entendida, en cierto sentido clásico, como lo opuesto a lo antiguo. Esta nueva modernidad tiene, como se ha hecho notar desde distintos ámbitos de la investigación, incluido el nuestro, la condición de fluida, de inestable, de “líquida”, por utilizar el término acuñado por Bauman. En lo que nos interesa, frente a la estabilidad del largo plazo, podemos pensar que todo fluye, que no hay nada destinado a durar: los ritmos de las tecnologías, los nuevos modos de las relaciones sociales, los paradigmas cognitivos que desacralizan la memoria, parecen hablar de un archivo también fluido, líquido, en movimiento, en interrelación con otras realidades, tan líquidas como el propio archivo. En el año 2017, Stichting Archiefpublicaties publicó un monográfico que se titulaba, precisamente, “Archives in liquid times”. No solo el archivo, otros conceptos vinculados a él han perdido también su cualidad de ser sólidos, y fluyen al ritmo de un movimiento interminable e imprevisible: el ya mencionado concepto de memoria; pero también el de privacidad (o su contrario: el de transparencia, cuando no de exposición extrema al público o directamente de vigilancia), el de propiedad intelectual o de publicidad y apertura, el de lectura y el de interpretación (y re-interpretación), el de nuestras máquinas de archivar, el de conocimiento, etc.
Y es que en ese fluir también es importante prevenir riesgos, atender nuevas necesidades y responder a desafíos derivados de esta modernidad y los cambios establecidos, que nunca nos habían interpelado tan directamente: una elevada inversión tecnológica en constante transformación, la mayor dependencia de recursos no renovables y su afectación en términos de sostenibilidad medioambiental y de negocio, la creciente interdependencia de otros sectores y disciplinas. Asistimos a organizaciones cada vez más digitales, cuya flexibilidad ha permitido hacer frente a una pandemia. Estados como Ucrania que, ante la ofensiva de la guerra, se exilian digitalmente para mantener su soberanía y seguir prestando servicio a sus ciudadanos.
Todo es líquido. Si esta hipótesis puede defenderse, entonces existen varias líneas de trabajo en las que la condición líquida de nuestros archivos y nuestras sociedades resulta particularmente visible.
Sin pretensión de ser excluyentes, una posible identificación de tales líneas es la siguiente:
1. Los archivos en el entorno de la digitalización: la Inteligencia Artificial, Computer Archival Science, Blockchain, identidades digitales, realidad aumentada, 6G, Internet como máquina de archivar, internet de las cosas, gestión de riesgos.
2. Los archivos en una sociedad líquida: transparencia y privacidad, visibilidad, ética, gobernanza, apertura, reutilización, las redes (a)sociales, la singularidad tecnológica, sostenibilidad.
3. El perfil del archivero 2025: formación profesional y capacitación investigadora, integración en equipos multidisciplinares, su rol en las organizaciones y la sociedad actuales.
4. El futuro de la memoria: la infinita interpretación de los archivos de descolonización; la lectura y relec-tura de los archivos del arte, de la ciencia, etc.
5. Nuevas formas de documentar: qué documentar, cómo atender a la versatilidad que demanda el nuevo contexto sin comprometer la integridad, fiabilidad, la autenticidad y la disponibilidad; modelado de datos; preservación a largo plazo; seguridad de la información. Doctrina archivística: vigencia de los principios y conceptos archivísticos, qué aportan en este nuevo contexto, posibles funciones en crisis; líneas de investigación y comunidades de aprendizaje.
Estas líneas de trabajo pueden abordarse desde distintas perspectivas: desde la práctica profesional, desde luego, y desde la investigación académica; pero también desde un punto de vista sociológico, filosófico, histórico, tecnológico, etc. Son temas recurrentes en muchas disciplinas y muchas áreas de pesquisa. De igual modo, son líneas que no poseen en exclusiva los archiveros y los gestores documentales. Un volumen que quisiera recoger otros puntos de vista estaría obligado a llamar a otros profesionales de ámbitos muy diferentes: desde la literatura hasta las matemáticas.
No obstante, la amplitud de tales líneas y de las perspectivas desde las que abordarlas parece imponer algunas restricciones de alcance o de enfoque. En este sentido, valoramos especialmente el discurso que baje a la práctica y, sobre todo, que arriesgue planteamientos, propuestas y debates, con la vista puesta en ese 2025 que es subtítulo de los "Tiempos modernos".
Se aceptan artículos acerca de las líneas planteadas o de cualquier otra que se aproxime a la archivística desde la perspectiva de su inserción en un contexto complejo en un futuro próximo.
Tabula somete sus textos a una revisión por pares. Las normas de estilo de la revista pueden encontrarse en https://www.acal.es/index.php/publica-con-nosotros.
Fátima Rodríguez Coya (Gobierno del Principado de Asturias), Alejandro Delgado Gómez (Ayuntamiento de Cartagena) y Luis Hernández Olivera (Universidad de Salamanca) dirigirán este número. Para cualquier duda, puede consultar con los editores a través de la cuenta de correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
Los originales deberán presentarse a través del sistema de presentación en línea http://publicaciones.acal.es antes del próximo 1 de septiembre de 2022.