La presencia de todos nosotros en las redes sociales es cada vez más activa. Toda o prácticamente toda la población mundial tiene una cuenta en la red social Facebook, en la que compartimos y publicamos muchas fotografías y vídeos con nuestros amigos.
Aunque parezca macabro hablar de este tema, es algo que no debemos olvidar y hemos de pensar en qué ocurrirá con nuestras redes sociales cuando fallezcamos. A este hecho se le denomina "muerte digital", en el que también entra en juego el derecho al olvido.
Para evitar que todos los archivos personales que tenemos colgados en las redes sociales o en diferentes plataformas en la nube queden para siempre publicados en la red, deberíamos hacernos un testamento digital, del que las empresas ya han empezado a hacerse eco. Alguna ha empezado a ofrecer este servicio, como es Tellmebye. Esta empresa catalana convierte a los herederos en albaceas de contenido virtual, de tal forma que cuando el propietario de la cuenta fallece, esta empresa les hace entrega de los derechos y contraseñas de las cuentas en las redes sociales.
En cuanto a esto, la red social Facebook en Estados Unidos ofrece la posibilidad de nombrar un heredero de la cuenta, para que la gestione y finalmente pueda cerrarla cuenta en caso del fallecimiento del titular. En los países en los que esta opción no está disponible, existe la posibilidad de convertir la cuenta en una cuenta conmemorativa o eliminarla mediante una solicitud en la que se debe presentar el certificado de defunción.
Twitter también permite eliminar la cuenta mediante una solicitud en la que piden datos como DNI y certificado de defunción. Pero Twitter no se queda tan solo en el hecho de cerrar la cuenta, sino que ofrece un servicio en el que el derecho al olvido entra en juego dando la oportunidad de eliminar archivos gráficos, pero la red social valorará el contenido dependiendo del valor informativo o del interés público.
Jezabel Blanco