El Centro Gallego de Buenos Aires es, sin duda, uno de los elementos principales de la conservación y cultura gallega. En él podemos encontrar más de 130 pinturas, 52 esculturas, joyas y documentos que conforman una biblioteca de más de 20.000 volúmenes. Todo este patrimonio cultural gallego fue donado por diferentes familias gallegas, y en él podremos encontrar obras de artistas como Luis Seoane, Castelao, Manuel Colmeiro, Carlos Maside o Fernando Álvarez de Sotomayor, entre otros.

Aunque durante los más de 100 años de historia de este centro se han recogido y tasado las diversas donaciones que se iban recogiendo, el nuevo interventor judicial del centro, Martín Moyano Barro, se ha encontrado en sus primeros meses de cargo con que este centro está muy abandonado, ya que incluso encontraron “pinturas y documentos originales abandonados, deteriorándose. Muchos de ellos tirados en un ala sin terminar del edificio, expuestas a ratas, palomas, humedad y hongos, etc.”. A estas declaraciones añadió que “la idea es dejarlo todo en los términos que tiene que tener una institución moderna del siglo XXI, con transparencia”.

Es por esto por lo que Moyano Barro ha decidido profesionalizar la gestión del centro, y separar la gestión del hospital que en él se encuentra de la gestión del instituto cultural, trasladando temporalmente además parte de los bienes artísticos del centro a cajas fuertes en el Banco Ciudad de Buenos Aires, entidad elegida para tasar dichos bienes y gestionarlos, cuidando de su preservación y correcta difusión. Este traslado será provisional, ya que en el edificio del Centro Gallego se van a realizar diversas remodelaciones que deteriorarían las obras de gran patrimonio documental. Una vez finalizadas, retornarán a su lugar de origen para ser expuestas en La noche de los museos, el 29 de octubre de este mismo año. A partir de este momento, el interventor asegura que este gran patrimonio gallego se conservará en unas condiciones mucho mejores que hasta el momento, y además promete ayudar en lo posible en su preservación y difusión.

Sara Paz