Conservation OnLine (CoOL) es una plataforma de acceso libre que contiene recursos para aquellos que trabajan para preservar y conservar el patrimonio cultural, y se encuentra recogida bajo la protección y soporte de la Fundación del Instituto Americano de Conservación.
Este portal permite buscar dentro de la propia página, además de contar con publicaciones archivadas de diversos números de revistas de esta temática, así como acceder a páginas y organizaciones alojados en su página o relacionados con esta institución.
Uno de sus recursos más interesantes es una lista que contiene links de gran utilidad para conservadores o interesados en la materia, sobre temas como la preservación de materiales electrónicos, copyright y derechos, planes contra desastres, microfilm y reprografía, así como bibliografía (diccionarios, tesauros, glosarios, etc.)
La página, como ya hemos señalado, es de acceso abierto y está disponible en: http://cool.conservation-us.org/topics.html
Beatriz Pena Rodríguez
El Monasterio de Santa María de Bellpuig de las Avellanas, fundado en el año 1166 por la Orden de Canónigos Premonstratenses en el lugar de Os de Balaguer, Lérida, restauró recientemente el documento más antiguo que custodiaba entre los fondos de su archivo. El texto, escrito sobre pergamino de cordero en letra gótica catalana, estaba redactado en latín y en catalán antiguo y databa del 4 de mayo de 1420. Se trataba ni más ni menos de una concesión de gracia, otorgada por el entonces padre abad a favor del vecino lugar de Vilanova de la Sal, por la que se permitía a sus habitantes plantar viñas, recoger leña, o que los rebaños pudieran pastar libremente en las inmediaciones del monasterio.
La importancia de este pergamino del siglo XV radica en ser el único testimonio de época medieval custodiado en el archivo que ha sobrevivido hasta nuestros días. Es necesario tener en cuenta que la mayor parte de los fondos documentales del monasterio fueron objeto del saqueo o terminaron disgregados en diferentes archivos tras la desamortización de Mendizábal, que tuvo lugar en el año 1836.
Y es que los procesos de desamortización, que se iniciaron con la mal llamada desamortización de Godoy en 1798, y que continuaron durante gran parte del siglo XIX por las políticas liberales de Juan Álvarez Mendizábal, Baldomero Espartero y Pascual Madoz, sembraron el país de exclaustraciones forzosas. Cientos de conventos y monasterios quedaron así desiertos, pasando su propiedad a manos del Estado a cambio de indemnizaciones muchas veces ridículas. La venta de estos inmuebles a la poderosa nobleza y a la ya pudiente burguesía generó un suculento caudal destinado a cubrir el desproporcionado déficit público.
Más allá de todo esto, lo cierto es que estos procesos supusieron, como quien dice, una serie de catastróficas desdichas para el clero. La Iglesia no sólo vio con impotencia mermadas sus posesiones, y con ello, dicho sea de paso, buena parte de sus ingresos, sino que además en muchos casos hubo de dar por perdidos tesoros artísticos de incalculable valor, entre los que hemos de contar grandes bibliotecas formadas por códices manuscritos e incunables, y por supuesto, sus valiosos archivos. Aquellos que no se pusieron a buen recaudo, transferidos a otros archivos eclesiásticos, desaparecieron a merced del robo, la apropiación indebida, o lo que es peor, la indiferencia y el olvido.
Según se informó, la recuperación de este documento formaba parte de un proyecto aún mayor que tiene como fin la restauración y digitalización de una parte del fondo histórico custodiado en el Archivo del Monasterio de Bellpuig de las Avellanas, y del que aún no hay noticias.
Sirva esta iniciativa como ejemplo de la enorme labor que la gran mayoría de archivos eclesiásticos viene llevando a cabo desde hace años en pos de la conservación y difusión de sus fondos. Labor que en muchas ocasiones han de realizar a duras penas, pues las partidas presupuestarias destinadas a la gestión de sus centros son habitualmente reducidas y la contratación de nuevo personal cualificado casi nula.
Con todo, es necesario reconocer este esfuerzo por poner a disposición de la ciudadanía los entresijos de una institución que durante siglos ha generado unos fondos documentales tan sumamente ricos en todos los aspectos, que hoy bien podría escribirse la historia de este país sin necesidad de salir de sus archivos.
Carlos Díaz Redondo
http://www.youtube.com/watch?v=rIgN_Psvawg#t=178
La conservación de fotografías requiere condiciones similares que la conservación de los papeles. Las claves son: baja temperatura, baja humedad, lugares limpios y sin polvo, sin exceso de luz y guardados en álbumes sin ácidos. Además, se deben aislar las que puedan estar infectadas por hongos o bacterias para evitar el contagio. Estos son algunos de los consejos que se nos ofrecen en el recurso.
Aunque la mejor forma de conservar las fotografías hoy en día parece la digitalización, ese archivo de ordenador nunca tendrá tanto valor sentimental como las viejas fotos que todos conservamos. En el vídeo se recogen una serie de consejos importantes para la conservación del material fotográfico, comenzando con un estudio de la historia de la fotografía y de los cambios en las técnicas y soportes. Es interesante conocer estas técnicas para poder conservar nuestros recuerdos a lo largo del tiempo.
Para profundizar más en el tema, se ofrece a continuación una bibliografía seleccionada sobre otros recursos que versan sobre el mismo:
Beatriz Pena